No hay duda de que las modas siempre vuelven, prueba de ello son las múltiples propuestas para nuestro hogar con una combinación de decoración y que siguen creando tendencia cada temporada.

El estilo retro es una combinación de diseños de los años entre 50 y 70, que mezcla colores y estampados muy alegres con mobiliario antiguo. Es el estilo ideal para los amantes de las colecciones, aquellos que buscan entre tiendas de antigüedades para hacerse con una pieza única que irá perfecta en algún rincón de su hogar.

La consigue crear un ambiente realmente llamativo y muy personal, por lo que conviene elegir muy bien cada uno de los elementos que vamos a colocar ya que el secreto de este estilo consiste en saber combinar lo antiguo con lo moderno.

Una de las claves para que tus paredes queden perfectamente acordes a este estilo es la elección de papel pintado con un combinado de formas geométricas, muy propio de los años 70. Actualmente es muy fácil encontrarlos ya que se han convertido en un icono del diseño de interiores actual. Los colores fuertes como el verde, o el morado  se suelen combinar con colores algo más suaves para que exista mayor contraste.

En cuanto el suelo, lo más cercano al estilo retro que podemos encontrar son los suelos de o las moquetas estampadas, pero no podemos olvidarnos de los complementos, los cuáles serán clave para que nuestra estancia se convierta en un lugar diferente.

Como ejemplo de ello podemos utilizar un marco antiguo y adaptarlo en nuestro baño como espejo, los marcos viejos previamente restaurados combinan a la perfección con un estilo de muebles más modernos. Un viejo tocadiscos de madera o una radio antigua también de madera con botones o la mítica Jukebox, conocida como Rockola, son elementos indispensables que no pueden faltar en una decoración retro.

Una de las ventajas de este estilo es que permite amueblar cualquier estancia con un coste muy bajo, ya que podemos utilizar cualquier mueble antiguo y restaurarlo, por lo que resulta económico para aquellos que no quieren gastarse demasiado presupuesto y además convierte cualquier lugar en un sitio con un aire nostálgico pero muy original y acogedor.